¿Sabes por qué tantas empresas no consiguen encontrar soluciones de planificación y scheduling que realmente funcionen? Todo se reduce a una suposición errónea: sus soluciones actuales tratan los production lead times como una variable fija.
La realidad, como he visto en innumerables fabricantes globales este año, es que los lead times son cualquier cosa menos consistentes. Son variables caóticas afectadas por multitud de riesgos: grandes picos de demanda, disrupciones de proveedores, averías de máquinas y limitaciones inesperadas de recursos. Si la estabilidad de tu programación depende de fechas calculadas en función de un lead time, estás condenado al fracaso.
Por eso soy tan partidario del Demand-Driven Operating Model (DDOM). Al utilizar principios Lean para crear un sistema pull e incorporar Control Point Scheduling inspirado en la Theory of Constraints (TOC) para gestionar los cuellos de botella, un DDOM se centra en lo esencial, no en lo que llega tarde.
Este enfoque permite a planificadores y programadores construir planes estables y fiables que no cambian constantemente. Es una forma probada de navegar en el caos y crear programaciones capaces de gestionar la naturaleza impredecible de la fabricación moderna.
Think flow
Kevin Boake








