No soy la persona que más lee del mundo, pero pensé que sería buena idea llevarme un libro para mi viaje a Querétaro (México) esta semana. Tras una parada rápida en la Harvard Co-op de Cambridge, me compré el libro How to Be Better at Almost Everything, de Pat Flynn.
En el libro, Pat escribe:
“No necesitas ser de "clase mundial" en una sola cosa. Necesitas ser bueno en muchas cosas… y combinarlas de una forma que sea única y útil.”
Esto no solo se aplica a la vida o a los negocios: es una representación perfecta de cómo funcionan las supply chain verdaderamente excelentes.
Demasiado a menudo, las empresas concentran toda su energía en perfeccionar una sola cosa, normalmente la previsión. Contratan data scientists, ajustan algoritmos al milímetro y persiguen la precisión hasta en la última décima. Y sí, a veces logran algo impresionante. Pero no es suficiente.
Una supply chain es un sistema adaptativo y dinámico, y los sistemas rinden mejor cuando todas sus partes son suficientemente buenas y están bien conectadas, no cuando una pieza es impecable mientras el resto se pasa por alto.
El poder de ser bueno en muchas cosas
El modelo Demand Driven Adaptive Enterprise (DDAE) se basa precisamente en este principio. No depende de una previsión perfecta. En su lugar, integra:
- Previsiones razonables
- Datos reales de consumo
- Buffers reactivos
- Programación inteligente
- S&OP adaptativo
Ninguno de estos elementos tiene que ser perfecto. Pero cuando funcionan bien juntos, obtienes un sistema resistente, adaptable y de alto rendimiento.
Igual de importante es que el DDAE incorpora retroalimentación continua. Un modelo adaptativo mide constantemente el rendimiento, señala qué está funcionando (y qué no) y ayuda al negocio a ajustarse con rapidez. No solo planifica: aprende.
Como dice Pat Flynn, si quieres mejorar, registra todo y obsérvate obsesivamente los resultados. Eso es exactamente lo que hacen los sistemas adaptativos. Corrigen el rumbo con frecuencia, basándose en señales reales, no en planes teóricos perfectos.
Así que gracias, Pat, por una lectura sorprendentemente amena. Además de recordarme que la disciplina es libertad, tu libro me hizo pensar en cómo construimos supply chains de clase mundial, no persiguiendo la perfección, sino siendo buenos en las cosas que realmente importan. Combinándolas. Conectándolas. Creando flow. Ahí es donde está el verdadero poder.
Think flow,
Kevin Boake








